La acomodada posición económica de los grandes comerciantes e industriales fueron generando en la década de 1920, un perfil elegante con la construcción de casonas y palacetes, así se fue gestando el barrio de Nueva Córdoba. Las casas buscaban dar una línea estética similar a la de las grandes urbes europeas.

Entre las edificaciones más destacadas y aún conservadas está la casa del empresario italiano Francisco Pastrone, quien contrató al arquitecto austro-húngaro Juan Kronfuss junto al ingeniero Víctor Metzadour.

Uno de los elementos que más se destacan desde el exterior son las dos torres que coronan la casa. En su interior contaba con ascensores, detalles en mármol, mosaicos y tallados de madera, manufactura local pero de técnicas italianas.

En 1959, la propiedad fue adquirida por el Poder Judicial de la Nación y luego alquilada al Ministerio de Economía. En 1996 el Poder Judicial retoma la propiedad e instala el Tribunal Oral Criminal Federal de Córdoba N°2.

En 2008, la Municipalidad declaró a la casona de interés municipal por su valor arquitectónico e histórico. En 2012 se realizó una restauración a cargo del arquitecto Susini Burmester. Los trabajos se centraron en la renovación de la fachada.