Comedor IME
GastronomíaSi vas por la calle y le preguntás a un cordobés qué es lo más alto que ha visto en esta ciudad, tenés tres opciones: el que peina algunas canas te va a decir que es la Torre Ángela. Uno más actualizado capaz que responde que es el edificio espejado de Capitalinas.
Y si te cruzás con alguien que suele ir a comer al IME, lo más probable es que te diga que es el bife de chorizo que te sirven ahí.
Con esto quiero decir que no te sirven un bife cualquiera, sino que es alto como un taco aguja y jugoso como esos diálogos entre amigos que hace mucho que no se ven. Una de las maravillas gastronómicas de la ciudad. Aunque es muy tentador clavarle el tenedor apenas te llega a la mesa, vale la pena detenerse un par de segundos para contemplar esa porción en visión cenital, desde arriba: el bife de chorizo en su punto justo, cocido pero nada seco, el huevo frito ubicado por encima de la carne y las papas a un costado, que suman otro color a esa obra que bien podría formar parte del patrimonio artístico local.
Aunque, si lo pensamos bien, el IME es el mejor museo para atesorar esos platos. Un comedor de los de antes, con panera de plástico y la soda de sifón para asustar al vino de la casa o suavizar el amargo serrano.
Otra característica que lo vuelve especial es que una vez que te sentás a la mesa y hacés el pedido, al ratito llega una entrada para ir engañando a la panza. “Acá todo el año hay vitel toné”, comenta el mozo con todo el sentido común del mundo. Porque esta herencia italiana merece estar en la mesa de los cordobeses en todas las estaciones y no solamente en las fiestas de fin de año. Ahí está el IME para dejarlo en claro.
Podés ir al mediodía o a la noche. Hacer un corte en la jornada laboral o como lugar de reunión para ir con tu pareja o tus compadres. Andá temprano porque se llena rápido, en un mediodía se pueden despachar más de 30 bifes de chorizo y ni te cuento los fines de semana. Y no esperes música funcional, porque acá la banda sonora son las risas y el bullicio de los parroquianos.
Aunque su filiación con el Club Atlético Belgrano es conocida, los dueños te van a recibir igual de bien así seas hincha de la T, de la Gloria, de Racing o de Juniors. A lo sumo te comerás alguna gastada, pero el morfi será de primera y no de un equipo que pelea el descenso.
Tenés el menú del día, también las pastas, distintos cortes de parrilla o las gloriosas milanesas, que podés acompañar con fritas, puré o ensalada. Pero tratá de guardar un lugarcito para el postre, porque el flan con dulce de leche es el preludio ideal para las charlas de sobremesa.
Si nunca fuiste al IME no te preocupes, es muy fácil de llegar. Está sobre la Caseros, a la vuelta del Nuevocentro Shopping, en el corazón de Alberdi. Y si venís caminando del otro lado del centro, lo vas a reconocer por dos cosas: el mural con los rastrojeros diesel y los ecos de las carcajadas que llegan desde adentro.
Mapa
Comedor Club IME, Caseros, Córdoba, Argentina