Si estás en la ciudad de Córdoba, seguramente ya visitaste los edificios más hermosos del centro histórico: la Catedral, el Cabildo, el Teatro del Libertador, los Capuchinos, y tantos íconos que son el legado de un pasado increíble de cuatro siglos y medio de vida.

El barrio Alberdi, que ahora está a pocas cuadras del centro, en los primeros años de vida de la ciudad era una zona alejada del corazón cordobés.

Pero desde finales del 1800 y las primeras décadas del 1900, comenzó una historia diferente, próspera. Fábricas, mercados, comercios o el hospital de clínicas, forjaron un verdadero pueblo dentro de la ciudad, con fuerte identidad cultural.

El nacimiento de la Plaza Colón fue parte de esos años de esplendor.

Al inaugurarse, se llamó Juárez Celman, construida cuando el entonces presidente de la nación era Miguel Juárez Celman. Fue él quien decidió regalar la fuente, las estatuas y columnas de hierro que habían participado de una Feria Internacional de la Industria de París, en 1889.

Sí, la misma feria en la que se presentó la Torre Eiffel.

Plaza Colón: historia y presente

Poco después, en 1892, fue rebautizada con el nombre actual. Pero lo que no cambió es el origen como espacio verde de dimensiones y características imponentes, algo por lo que mereció la declaración de Monumento Histórico Nacional.

En el centro de la plaza se encuentra una fuente en fundición de hierro, compuesta por dos bandejas y la escultura basal expuesta en cuatro figuras humanas.

Hay otras esculturas que representan a deidades griegas de la ciencia, el arte, la agricultura, el trabajo, la música o la abundancia.

La traza actual consta de dos fontanas congruentes decoradas con venecitas de colores, obra del arquitecto Carlos David, que se encargó de la remodelación en la década de 1950.

La Plaza Colón estuvo descuidada durante muchos años, y en los últimos tiempos se encargó una ambiciosa recuperación arquitectónica y patrimonial.

Se colocaron piezas faltantes, se recuperaron pinturas y pátinas y se hicieron tareas sobre las piezas de fundición de hierro de arte francés con el consejo de la Association Pour la Sauvegarde et la Promotion du Patrimoine Métallurgique Haunt-marnais de París.

También se jerarquizaron los espacios verdes y se colocaron nuevos árboles de gran tamaño y más de 3.500 metros cuadrados de césped en los canteros, que ahora cuentan con rejas bajas de protección.

Entre los árboles, hay especies de fresnos blancos, tilos, robles rojos americanos, tipas y palmeras pindó.

Para mantener los espacios verdes durante todo el año, se realizó la instalación de sistemas de riego automatizado por aspersión y por goteo.

La nueva Plaza Colón

Pero no sólo se recuperó el lugar cuidando de su legado, sino también pensando en las necesidades de hoy. La Plaza Colón cuenta con un “patio de las infancias”, un espacio fitness y un canil para perros, en una zona que antes ocupaba un carril de la calle Rodríguez Peña.

También se construyeron rampas de accesibilidad en las esquinas, y las veredas tienen sendas podotáctiles, para personas con discapacidad visual.

El paseo al aire libre por la plaza es una belleza, y es el complemento perfecto para un recorrido por todos los íconos de Alberdi, como el colegio Manuel Belgrano, la Antigua Cervecería Córdoba, la Isla de los Patos, la iglesia María Auxiliadora, la cancha de Belgrano de Córdoba o la usina en la que hoy funciona un centro de espectáculos y gastronomía como La Plaza de la Música.

Una visita a la Plaza Colón es un viaje al pasado próspero de nuestra Córdoba.