Originalmente, la Plaza España estaba incluida en el proyecto global del Parque Sarmiento, el gran espacio público de la ciudad de Córdoba.

Sin embargo, se transformó en una plaza redonda que funcionó durante décadas como punto de cruce y distribución de tránsito.

En el primer proyecto, se trataba de una circunferencia que comunicaba la zona del centro con lo que se llamaba “los Altos del Sud”.

Cuando aún no tenía denominación y había muchas tierras vacías, en los alrededores comenzaron a edificarse grandes mansiones de estilos muy diversos: académico francés, pintoresquista, art nouveau, neocolonial, que hoy dan presencia y armonía visual al entorno.

En esas primeras décadas prósperas del siglo 20 se levantó el edificio del Museo de Bellas Artes, segundo proyecto de Juan Kronfuss; el Pabellón de las Industrias; la casa mansión de Juan Kegeler que hoy es el museo Palacio Dionisi; entre otras residencias.

En una manzana contigua se construía la “casa grande” de los Ferreyra. El doctor Martín Ferreyra que levantó su palacio de estilo francés, contribuyó con dinero en 1910 para la apertura de la plaza.

A pesar de todo, aún en 1918 la Plaza España era una porción de terreno en pésimas condiciones, lo que motivó a pensar en la parquización del lugar con césped y arboledas.

Fue recién en marzo de 1926 cuando se la bautizó con el nombre que hoy conocemos.

Cuando la ciudad estaba por cumplir los 400 años de vida, en 1973, se proyectó un nuevo diseño: el arquitecto Miguel Ángel Roca ganó un concurso con su propuesta, pero la obra final recién se inauguró en 1980.

En el plan original, la Plaza España había sido pensada como sitio de reuniones sociales, aunque el tránsito vehicular en aumento no le permitió ser utilizada en torno a esa idea.

Ahora, con el nuevo Museo Iberoamericano de Arte Urbano, la plaza recuperó su espíritu, sumó actividades y propuestas culturales, y su refuncionalización es aprovechada por los vecinos y estudiantes que viven en nueva córdoba, además de los visitantes que recorren el lugar.

La estructura y sus detalles restaurados ofrecen además una postal increíble de esta zona de la ciudad, paso obligado para ver los grandes íconos de córdoba capital.

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