Córdoba fue durante décadas escenario de encuentros memorables con algunas de las leyendas más grandes del fútbol mundial. Además de ser la cuna de numerosos campeones (nueve campeones del mundo), la ciudad fue anfitriona de celebridades futbolísticas de renombre.

En 1964, la estrella brasileña Pelé, ya dos veces campeón del mundo, visitó Córdoba con el Santos para un amistoso contra Talleres. El estadio estaba lleno, y la ciudad vivía una fiesta por la oportunidad de ver al mejor jugador del mundo –de aquella época– en persona.

En 1970, Pelé regresó y nuevamente dejó su huella. El mismo año en que ganaría su tercera Copa del Mundo en México, consolidando su estatus legendario.

Franz Beckenbauer, capitán del Bayern Munich y campeón del mundo en 1974, también dejó su marca en 1978, cuando visitó la ciudad con el equipo Cosmos de Nueva York. El estadio estaba lleno, y el evento incluyó un recital de Gloria Gaynor. Nada menos.

Nuestra leyenda argentina Diego Maradona, después de su famosa victoria en la Copa del Mundo de 1986, se puso la camiseta de Belgrano en un amistoso. La locura y la emoción fueron totales.

Por último, Lionel Messi, antes de alcanzar la gloria en Qatar, vivió momentos difíciles con el público en otros estadios argentinos, pero en Córdoba siempre encontró apoyo incondicional. Su actuación en la Copa América de 2011 y su memorable gol de tiro libre en 2012 ante Paraguay en el estadio Kempes fueron momentos inolvidables para los 60.000 espectadores presentes.

La relación entre Córdoba y las estrellas del fútbol ha sido duradera y llena de emociones, un vínculo que se ha fortalecido con los éxitos internacionales de estos íconos del deporte.