El Antigal es un bodegón que reúne un gastronomía regional de gran calidad con el folklore argentino. Con una ambientación tradicional, ofrece todas las noches espectáculos musicales en vivo, con espacio abierto también a la danza espontánea.

Días y noches enteras de guitarreadas, jarras de tinto y el perfume ahumado de alguna parrilla que se divisa en el horizonte. Esto se debe obviamente a dos de los festivales más importantes del año como Cosquín y Jesús María, pero también a todo lo que los rodea.

El Antigal, una casona ubicada en los márgenes de Alta Córdoba que por las noches se vuelve un refugio de platos típicos y zambas coreadas a los gritos.

Ubicado en Mariano Fragueiro al 1580, El Antigal ofrece una buena variedad de platos típicos como humita, locro y empanadas para degustar mientras se espera por los espectáculos en vivo. También tiene algunas opciones aggiornadas a paladares más gourmet, como el Sándwich El Antigal, que lleva ternera rostizada, salsa criolla, queso fundido y mayonesa de berenjena ahumada.

Ese mismo espíritu también acompaña las bebidas y los shows, porque podés pedirte algo clásico, como una cerveza bien fría o un pingüino de porcelana con el vino de la casa, pero también algún coctel fresco para las noches de verano. Y en cuanto a la música en vivo, el escenario del Antigal recibe a folkloristas tradicionales, que no se dejan llevar por las modernidades, como también a bandas mucho más propensas a mezclarse con los solos de una guitarra eléctrica.

Y ya que mencionamos el instrumento emblema del rock and roll, al Antigal se lo podría describir como un Hard Rock folklórico, porque en sus paredes hay cuadros de leyendas del género y hasta un poncho rojo y negro colgado como seña de identidad.

Los shows suelen arrancar apenas pasadas las 23, por eso se recomienda reservar una mesa con tiempo, llegar un rato antes y que la cena sea la previa antes del espectáculo, en el que, dicho sea de paso, el público cumple un papel muy importante. No es raro que alguna pareja se sume para bailar zamba o, ya entrada la madrugada, algún parroquiano envalentonado por el vino se suba a cantar algo.

El derecho de espectáculo se cobra aparte del consumo gastronómico. De la carta destacan sus empanadas, el matambre, la humita y el locro.

Como en su momento Tonos y Toneles o María María, El Antigal ya se perfila para volverse uno de esos bodegones clásicos para los amantes de la música en vivo. Una salida ideal para planificar en pareja o con amigos.