El Bufé Plaza Alem es uno de esos lugares que tiene su clientela de muchos años, gente que de tanto ir se sabe el menú del día incluso antes de que la moza se lo alcance a decir. Pero a su vez funciona como un secreto a voces, porque todavía hay muchas personas que no lo conocen. O que lo acaban de descubrir y lo recomiendan a sus amigos con la convicción y el énfasis de un pastor.

Pero este Bufé de Pueyrredón está cerca de Cofico, Alta Córdoba y General Bustos, lo cual significa que también está cerca del Centro, y eso es motivo suficiente para hacerse una escapada. Este bodegón es “El corazón del barrio”, como reza en una de sus ventanas.

Por dentro es un típico bodegón, con sus mesas desplegadas, sus cuadritos de chapa con antiguas publicidades, una escalerita caracol que lleva a un primer piso y una barra que exhibe botellas de vino y vermú. También tiene un aire tanguero que se reconoce de inmediato aunque no suene de fondo un bandoneón.

Aunque los platos principales son su gran atractivo, la previa hasta llegar a ellos también tiene algo de tradición. Después de ordenar el pedido, llega la bebida, la panera y dos cazuelitas con cubos de tortilla de papa y berenjena en escabeche, para que cada paso por este lugar valga la pena.

Y después sí, los grandes protagonistas. Todos los platos son abundantes y llegan a la mesa a tiempo, bien condimentados y presentados. No es fácil elegir uno solo, pero si el pizarrón de afuera informa que el menú de ese día es el osobuco, no lo pienses dos veces. Viene decorado con zanahoria, cebolla y pimiento, y lo acompaña un puré de papas. Perfecto para esos mediodías fríos en los que se necesita algo cargado para malcriar a la panza. Y no te olvides de guardar un lugarcito para el postre, que viene incluido en el menú.

Hay algo en el Bufé Plaza Alem que lo hace parecer un bodegón de 1981, de 2003 o de 2042. Tiene el encanto de los clásicos, esos que funcionan en cualquier época.

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El lugar es ideal para compartir con amigos o en familia, además, es un clásico indiscutible para turistas que quieren empaparse de un aire local bien de barrio.