
La Vieja Esquina
GastronomíaLa Vieja Esquina
En la esquina de Belgrano y Caseros, pleno centro cordobés, un cartel amarillo ubicado justo arriba de la puerta del local es la seña que te indica que llegaste a destino. El nombre es directo, sin misterios, y aparece escrito en una fuente tipográfica que recuerda los firuletes tangueros: allí dice La Vieja Esquina.
Algunos aseguran que el secreto de las empanadas está en su relleno; otros, en su forma de cocción. Pocos se aventuran a encontrar el toque mágico en los pliegues de un repulgue.
¿Puede una comida cambiar de sabor sólo con cambiar de forma? La pregunta surge cuando nos llegan dos empanadas apenas salen del horno, en su punto justo y perfectas en su elaboración, como si cada repulgue hubiera sido amasado con la delicadeza de un relojero. El primer mordisco explica por qué es importante contar con un servilletero cerca.
En La Vieja Esquina uno las puede pedir de sabores clásicos, como las criollas picantes o de choclo y queso; o también puede probar versiones gourmet de cuadril o cerdo braseado. Lo ideal, en todo caso, sería pedirlas de entrada, como un preludio antes de una porción de humita o de locro, que llegan acompañadas de pan casero recién hecho.
Son porciones generosas, que se pueden compartir. Pero también satisfacen al que llega con mucha hambre. Como sea, uno recibe la vasija llena hasta el tope con todas esas combinaciones calóricas de la felicidad y tiende a pensar que el adjetivo “pulsudo” fue inventado para locros como el de La Vieja Esquina.
Por su ubicación estratégica es muy fácil de llegar a este lugar. Una vez adentro, las paredes de tonos ambarinos le dan un clima nostálgico que contrasta con el gris del asfalto del centro. Recomiendo llegar al filo del mediodía, pero también se puede visitar de noche. Hay un ritual mínimo, que consiste en hacer tu pedido y ubicarte en alguna de las barras de madera a esperar. Dependiendo de cuál de las dos barras elijas, vas a poder ver a los transeúntes apurar el paso por la calle Caseros o la Belgrano mientras tomás una soda o un vaso de vino.
Y mientras te regalás ese rato de espera, esos minutos que son pura expectativa, te olvidás por un rato de los problemas diarios y empezás a ver el tránsito, las bocinas y el ajetreo desde el otro lado, como si fueran una película que por suerte no te va a tener como protagonista por un buen rato.
La Vieja Esquina está abierto para disfrutar almuerzos y cenas todos los días, excepto el domingo.,
Mapa
La Vieja Esquina, Belgrano, Córdoba, Argentina