La Pelada, ¿Fantasma, leyenda urbana o realidad? Un poco de todo “La Pelada” es, sin dudas, uno de los personajes más populares dentro del imaginario popular cordobés de fines del siglo 19 y principios del 20. 

Su historia, reconstruida gracias al aporte de distintas fuentes orales, sigue sorprendiendo hasta el día de hoy y se conocen varias versiones. Según Azor Grimaut en su libro “Duendes de Córdoba”, era un fantasma triste, quizá un alma en pena, acaso era una versión cordobesa de “La Viuda” o “La Llorona”, mitos habituales en otras regiones. 

La Pelada aparecía bajo dos imágenes distintas. Si bien ambas frecuentaban el cauce antiguo de la Cañada, desde el Pueblo Nuevo (actualmente parte de Güemes) hasta la calle 27 de abril, los relatos de la gente que se refería a la Pelada permitieron identificarla.

Una de ellas era conocida como un bulto de baja estatura, vestida de luto, con un manto que cubría su cabeza y ocultaba su rostro. Se aparecía por las noches en el calicanto: menudita y con aspecto joven, surgía imprevistamente y acompañaba al transeúnte en su trayecto. El fantasma lloraba mientras seguía el paso del caminante, y si “este intentaba mirar su cara o acercarse para conocerlo, la Pelada desaparecía sin dejar rastro”. 

Se cuenta que si estaba cerca de alguno de los faroles que iluminaban el cruce de San Juan y Belgrano, esta extraña aparición se quitaba el velo y ponía al descubierto su rostro cadavérico y cabeza calva, esta última característica le dio el nombre al fantasma.

¿Querés escuchar el relato completo? Dale play al episodio del podcast dedicado a esta historia.