Los infernales de Güemes
GastronomíaHay una manera de tomar un porrón acompañado del Gringo Tosco, el Che Guevara y Arturo Jauretche. Sólo hay que elegir una de las mesas del patio de Los Infernales de Güemes.
Pero no cualquiera, sino una que esté ubicada a la derecha si uno está entrando al lugar, de manera que los tres murales que homenajean a estos próceres nos den de frente. Entonces ese ritual corriente que consiste en refrescar la garganta con una cerveza bien fría ya no va a ser tan corriente: se va a parecer más a una cita con la historia.
Y al igual que todos los bodegones de Córdoba, Los Infernales tiene la suya. Se puede contar de muchas maneras, pero lo mejor sería escucharla en alguno de sus rincones. Y si suena música en vivo de fondo, mejor todavía. Y para eso hay que llegar apenas pasadas las 10 de la noche, cuando los músicos empiezan a probar sonido y uno puede ir pidiendo algo rico para ir decorando la mesa y engañando al estómago, porque sabe que la velada está en estado de promesa.
En Los Infernales uno puede pedirse de entrada rabas, una cazuelita de chorizo o de mollejas al torrontés. También puede animarse al escabeche de calamar o directamente ir sin riesgo por unas empanadas criollas bien jugosas, que nos llegan con un cuenco de salsa picante. Y sería una falta de respeto no echarle un par de cucharadas de esa salsita roja. Qué dirían el Che o El Gringo si nos vieran lagrimear por un poco de picante.
A la hora de la comida principal, uno puede elegir alguno de los Platos Infernales, como son la roulette de pollo con verduras y crocante de queso, el bife de chorizo con salsa criolla o una costilla de cerdo con papas. También hay tablas, ensaladas, pastas caseras, humita y pizzas, que se pueden acompañar con cerveza, vino y hasta algún cóctel para los paladares más refinados. Un menú variado, porque la idea es que todos los comensales puedan pasarla bien.
El folklore es el otro gran protagonista de este lugar, uno de los pocos refugios de la zona en los que todavía tienen gran presencia las chacareras o las zambas. Es una de sus señas de identidad, por eso es fácil de ubicar. Se ingresa por la Belgrano, cuando Güemes recién empieza a desplegar todo su potencial nocturno. Por eso también es una virtud que este local haya logrado subsistir a todas las mutaciones de estas manzanas.
“Los infernales” como todos lo conocen, ofrece mucho sabor y olor a terruño; con peñas y eventos musicales reúne a cientos de comensales de diferentes puntos del país. El espacioso local, con gran cantidad de mesas (algunas en el patio, otras en su salón) dan el color del norte argentino, ese sabor a reunión de amigos.
En Los Infernales se respira bohemia cuando se van vaciando las copas de tinto y las charlas adquieren más volumen y seriedad. Y qué mejor lugar que una sobremesa para tratar de cambiar el mundo.
Mapa
Los Infernales, Córdoba, Argentina