El Cabildo es Monumento Histórico Nacional desde 1941, y uno de los últimos edificios públicos coloniales que quedan en pie en Argentina.

Situado frente a la plaza San Martín, desde la fundación de la ciudad se lo denominó “Cabildo de Justicia y Regimiento de Córdoba”. Era la institución que organizaba todos los asuntos vecinales durante la colonia: leyes, precios de los productos, educación, salud, seguridad y la cárcel pública.

Fue sede de la Gobernación durante el Virreinato, Municipalidad desde 1857 y Jefatura de Policía de la Provincia hasta 1989. Desde entonces, se restituyó a la municipalidad para ser transformado en centro cultural.

La recova exterior, con sus características arcadas y explanada, los preciosos patios internos, las celdas del subsuelo del siglo XVIII y el Salón Rojo, son los sitios más interesantes para visitar.

También el Museo de la Ciudad (MUCI), con salas para exposiciones y conciertos, Oficina de Informes Turísticos y Tienda de la Ciudad, entre otros servicios.

La construcción del Cabildo de Córdoba fue resultado de un caótico proceso que duró 400 años, en el que se pueden identificar tres etapas significativas.

La primera construcción comenzó en 1588, como una modesta edificación de adobe, con puertas sin refuerzos y techos de paja.

En 1606, ante la precariedad del edificio original, los vecinos decidieron construir un segundo edificio, que se inauguró en 1610. Contaba con tres aposentos y una celda en la planta baja, y dos habitaciones y una sala en la planta alta.

Hacia 1649, el techo tenía tejas musleras y se añadió una nueva celda con muros de calicanto y barro.

Durante los 120 años subsiguiente, las autoridades virreinales no disponían de fondos suficientes para mantener y ampliar el edificio, que se deterioraba año a año.

Fue el primer gobernador intendente, don Rafael Núñez, Marqués de Sobremonte, quien a partir de 1784 se ocupó de terminarlo. Contrató al ingeniero Juan Manuel López para hacer los planos y la dirección de las obras.

En esta etapa se construyeron la escalera principal, la recova de 15 arcos que le dan al edificio su carácter colonial, y una capilla para dar misa a los recluidos y condenados a muerte.

En la recova se instalaron tiendas para la venta de telas, vinos y especias.

El estilo arquitectónico clasicista y manierista de la segunda planta se debe a la última gran remodelación del edificio a finales del XIX, durante el gobierno del presidente (de origen cordobés) Juárez Celman. Llegó incluso a adosarse una torre de cuatro pisos con campanario, azotea y reloj, demolida posteriormente en 1912.

Después de haber sido sede de la Gobernación Provincial, Gobierno Municipal y Jefatura de la Policía de Córdoba, en 1989 se restituyó el edificio histórico del Cabildo de la ciudad de Córdoba a la Municipalidad.

Se inició la restauración del edificio, tras realizar un exhaustivo diagnóstico con estudios arqueológicos y documentales que posibilitaron identificar sectores ocultos, anulados en períodos anteriores, de gran valor significativo y testimonial de las técnicas constructivas de la época colonial.