En la esquina de 25 de mayo y Pringles, pleno barrio General Paz, funcionaba la tradicional panadería Belgrano que perfumaba la intersección con el aroma de su pan criollo y bollos de anís. Décadas más tarde, ese edificio ya signado por la gastronomía se convertiría en el primer restaurante de cocina de autor de la ciudad de Córdoba: San Honorato.

José Picolotti fue quien al ver un cartel de “Se Alquila” en esta esquina, soñó este restaurante que hoy ya se considera una verdura casa de sabores.

Su cocina a la vista permite a los comensales espiar la dedicación que se invierte en la elaboración de sus platos, ofreciendo una experiencia que aborda cada uno de los sentidos. Su característica cava, que alguna vez fue reservada para la trastienda de la panadería, recibe con tentempiés, vino e historia a aquellos que buscan elevar la apuesta del salir a comer.

Desde 2001 y con el nombre del patrono de los panaderos, San Honorato honra el arte culinario con una variada propuesta que se renueva permanentemente garantizando a quien lo visita un sello de innovación, sabores y platos con verdadera autenticidad.