Experiencia Cuarteto: la Cancha de Belgrano y el mural del Potro Rodrigo

Barrio Alberdi late con su pasión por el Club Atlético Belgrano y uno de sus hinchas más célebres fue Rodrigo Bueno, el Potro. De corazón pirata, el cantante que nacionalizó el cuarteto nunca ocultó su sentimiento y en su fugaz y exitosa carrera dejó bien claro que su sangre fluía celeste.

En términos futboleros, la carrera de Rodrigo fue una enorme avalancha. Discos de oro, cuádruple platino, 13 estadios Luna Park a capacidad agotada de forma consecutiva, las portadas de los diarios y las horas de televisión en el prime time, su relación con Maradona y un contrato leonino con su discográfica que lo llevó a realizar shows y giras eternas por Argentina y Latinoamérica. Con sólo 27 años (los malditos 27 para los artistas), el Potro chocó contra su muerte, literalmente, y de ahí en adelante el fenómeno que se convertía en mito volvería de alguna forma a habitar en paz a su Córdoba natal.

Si el pueblo cordobés lo recibió de corazón abierto, ni hablar su Belgrano querido. Primero fue estampando su rostro en una camiseta que el equipo usó durante mucho tiempo y que se convirtió en una presea para los amantes y no tanto de cualquier equipo del país. Luego, llegarían los homenajes permanentes.

Con su característico pelo celeste y junto a la frase “Pirata eterno” su rostro se eterniza en un mural realizado por Mauricio Dopazo (el mismo artista que hizo el mural de la Mona Jiménez en el Sargento Cabral) y que puede verse en una pared del estadio Julio César Villagra sobre la calle Arturo Orgaz.

En el marco del 116º aniversario del Club, se inauguró una estatua en tamaño real que fue instalada sobre la tribuna Cuellar. Realizada en cemento por Juan Ignacio Lucero, el mismo artista que hizo la imagen de Leonor Marzano en la figura se lo ve a Rodrigo estirando con orgullo su amado manto celeste. Si bien el cantante era asiduo concurrente a la tribuna popular se decidió por cuestiones de seguridad de los hinchas que la estatua permanezca en una de las plateas y se convierta en un punto turístico que puede ser visitado haya o no partido.