Experiencia Cuarteto: las estatuas de La Mona y Rodrigo en el Buen Pastor
Si el Obelisco es el mayor emblema de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en Córdoba, el símbolo céntrico de referencia no podía ser otro que la estatua de La Mona Jiménez.
Realizada en bronce por el artista plástico Fernando Pugliese y emplazada en el bello Paseo del Buen Pastor, la figura de la máxima leyenda viva del cuarteto resume una prolífica carrera artística que alcanza ya los 90 discos editados desde su debut a los 16 años junto al Cuarteto Berna, su paso por el Cuarteto de Oro y su carrera solista.
Con una sonrisa abierta de par en par y bajo esos rulos icónicos, la estatua lo muestra a Jiménez realizando el característico movimiento de su mano hacia atrás y adelante, con la palma hacia arriba y abajo, marca registrada que se impone como condición para cualquier mortal que arriesgue sus primeros pasos al ritmo del Tunga Tunga.
A pocos metros, sobre la misma explanada emerge también la escultura homenaje al fallecido cantante Rodrigo Alejandro Bueno, “El Potro”.
Figura excluyente del cuarteto, Rodrigo fue sin dudas el gran embajador que llevó el ritmo a la masividad nacional, fue quien puso a bailar a los argentinos el género que en los años 40 iniciaba el Cuarteto Característico Leo.
Realizada en fibra de vidrio también por Fernando Pugliese, la escultura que destaca sus rasgos y gestos fotogénicos, su ademanes clásicos y el pelo teñido que llevaba como firma, se presenta como una instantánea exacta de la meteórica y fugaz carrera con la que, entre muchos otros logros, alcanzó a llenar 13 estadios Luna Park en Buenos Aires e inmortalizar la canción “La Mano de Dios” en homenaje a Diego Armando Maradona.
Mapa
Paseo del Buen Pastor, Avenida Hipólito Yrigoyen, Córdoba, Argentina